martes, 14 de julio de 2015

Reafirmación

Bienvenid@ al blog Vida Sana y Consciente.
Aunque lo lógico sería comenzar por relatar un poco mi historia y por qué decidí abrir un blog para compartir mis experiencias relacionadas con la Vida Sana y Consciente, esta mañana ha ocurrido algo que se ha convertido en lo primero que quiero contar.
Por circunstancias de la vida, esta mañana he ido a una plantación de frutales en un pueblecillo cercano. Allí he tenido la oportunidad de visitar las casetas en las que guardan los productos que utilizan en la plantación (insecticidas, herbicidas, abonos químicos, y un sinfín).
Para empezar, lo primero que hay que saber es que cuando una persona aplica dichos productos, debe utilizar un traje de protección, que incluye un casco con una mascarilla con diferentes filtros, además de los correspondientes guantes. Además, lo ideal sería que lo aplicara en un tractor dotado de cabina hermética, para asegurar que ninguna sustancia pueda alcanzar a la persona que los aplica.
Eso nos da una primera idea de la peligrosidad de los productos que se están manejando.
Para seguir, los etiquetados de  los productos indican la peligrosidad de los mismo. Todos ellos marcaban que eran irritantes, nocivos para el medio ambiente, combustibles, comburentes, corrosivos, e incluso hay algunos que reaccionan entre sí produciendo fuegos o nubes tóxicas, por lo que no se deben almacenar juntos. Lo peor de todo es que no había nada ilegal, todos esos productos pueden aplicarse conforme a la legalidad vigente.
Había compuestos comburentes, inflamables, nocivos, irritantes, corrosivos y peligrosos para el medio ambiente.
Todo eso que se aplica a la tierra y las plantas y frutos es potencialmente peligroso en su manejo, pudiendo producir desde simples dermatitis a incluso quemaduras y enfermedades graves.
En un momento dado, el agricultor nos ha acercado algunas frutas, de tamaño enorme y aspecto apetecible. Pero en un arranque de sinceridad, ha acabado diciendo, mientras señalaba con el dedo las frutas: todo eso es lo que está produciendo todas las enfermedades que hay ahora, todo el cáncer y demás. No me hacía falta que él dijera nada, ya venía bastante escandalizada de la caseta de almacenaje. Pero me ha llamado mucho la atención la conciencia que tenía el propio agricultor de lo que estaba utilizando en su trabajo.
Cuando un producto químico es aplicado a una planta en el agua de riego, la planta se nutre de ese agua y el químico pasa a su interior. Igualmente, si se fumiga con un químico, éste puede penetrar en la planta o el fruto a través de su superficie. Aunque en teoría hay unos tiempos reglamentarios de seguridad entre la aplicación de los productos y la venta de los mismos a la población, muchas veces esos tiempos no se cumplen. Tampoco me fío demasiado de que esos tiempos sean realmente seguros y que puedan garantizar que, cuando el producto llega a casa, esté realmente libre de químicos.
La experiencia de esta mañana me ha servido y mucho, para reafirmarme en algo que de lo que llevo mucho tiempo segura: debemos responsabilizarnos más de lo que comemos, de lo que compramos en genera, de la ropa que vestimos, de los productos cosméticos o de limpieza que utilizamos. Llevar una vida sana no es sólo llevar una alimentación adecuada y hacer deporte, por desgracia debemos leer los etiquetados porque no es oro todo lo que reluce, lo que se nos vende como sano no siempre lo es tanto y los poderes públicos que deberían vigilar todos estos aspectos, no siempre lo llevan todo tan controlado como sería necesario.
Y este es el motivo de este blog, espero que os guste y que encontréis información útil para ir intentando llevar una vida más sana y más consciente.